El ciclo de Cine “Realidades Fantásticas” se inscribe dentro de
las actividades que rodean la exposición de José Jayme llamada
“Entre la Vida y la Muerte”. Por invitación de Ofelia Zacarías
y de Alba Martín seleccioné tres películas que se relacionan con
las corrientes pictóricas del siglo veinte que determinaron la forma
de la obra del pintor potosino.
El siguiente texto son mis notas para la presentación de la primera
de los tres filmes que dialogan con una o con varias maneras de
entender y de practicar el arte: el expresionismo, el surrealismo y
el muralismo.
Corresponde a Las tres luces, también conocida como La
muerte cansada (Título original: Der müde Tod) film alemán
mudo del año 1921 del director austriaco Fritz Lang, que fue
exhibida el día 24 de junio de 2015 en el Museo Francisco Cosío de
San Luis Potosí.
Antes de ver la película me gustaría resumir brevemente una parte
de la vida de su realizador con la idea de contextualizar la
película. Fritz Lang nació en Viena la capital de Austria en 1890.
Su padre era arquitecto y quiso que su hijo siguiera sus pasos. Su
madre era un ama de casa de ascendencia judía. Lang se opuso a la
voluntad paterna para seguir su primera vocación: la pintura.
Sin embargo se percibe, en su obra conjunta, rasgos definidos por su
formación arquitectónica en la construcción del espacio en
pantalla, siempre preciso y en el caso de Las tres luces,
producto de un perfeccionismo intencional e intelectualizado. Vean
ustedes, por ejemplo, la concepción de la gran pared que rodea los
terrenos de la muerte y la manera cómo pone a en ella a los
personajes.
Las tres luces. Fuente: Voiceover's Blog |
Alejándose de la figura paterna y siendo muy joven aún, Lang viajó
por el mundo. Conoció África del Norte, el Cercano Oriente, China,
Japón y llegó hasta la isla de Malí. Regresó a Europa para
reconciliarse con su padre y decidieron que siguiera estudiando arte
en París, donde entró en contacto con las propuestas del
expresionismo.
El arranque de la Primera Guerra Mundial puso fin a las aspiraciones
de pintor que tenía Lang: tuvo que regresar a Viena y alistarse en
el ejército que peleó contra Francia. Hay biógrafos que dicen que
alcanzó a montar una exposición y otros que no fue así.
Entró en combate y fue herido en varias ocasiones. Lo condecoraron y
finalmente fue licenciado con grado de teniente. Pasó los últimos
años de la guerra en un hospital, convaleciente y deprimido. Algunos
autores dicen que en una acción militar quedó herido del ojo y se
vio obligado a usar un monóculo de por vida. Otros aseguran que el
accidente donde perdió parte de la visión ocurrió después.
Fritz Lang. Fuente: The Red List |
Fritz Lang no percibe la guerra como algo heroico. Mas bien la
visualiza como un asunto entre absurdo y trágico. Sus anécdotas de
la guerra tienen algo del tono que Stanley Kubrick le puso a su filme
La patrulla infernal (Paths of Glory. Estados Unidos. 1957)
pero están teñidas de negro por el humor.
En su convalecencia empezó a escribir textos que podrían haber sido
tratamientos o guiones de cine y que pudo poner en manos de un
importante productor y director alemán llamado Joe May, quien los
llegó a filmar y, acabando la guerra, le da trabajo en los estudios
Decla de Berlín.
Las tres luces puede que sea su octava película, aunque no
tenemos información completa de aquellos años. Lo cierto es que es
la primera inscrita en el contexto del expresionismo alemán. La
cinematografía germana se iba a volver importante, famosa e
internacional en la década de 1920, entre otras cosas, por
adscribirse voluntariamente a la vanguardia expresionista, conformada
no solo por alemanes, sino por artistas provenientes de diversas
latidudes.
El expresionismo en el cine llega a sustituir la primera vocación
del aparato inventado por los hermanos Lumière (crear una ilusión
de la realidad) por la necesidad de expresar lo que el director
quiere decir, aún a costa de un apego a la representación
“objetiva” del mundo.
En el expresionismo fílmico las imágenes no pretenden ser
realistas, buscan mas bien reflejar un estado de ánimo sombrío, el
pesimismo y escepticismo que coincide con el derrumbe del orden
imperial germánico, las crisis políticas y económicas de la
República de Weimar y el ascenso del nacional socialismo.
Pero este pesimismo en las películas de Lang está matizado por un
fuerte ímpetu romántico. Sus personajes, como la chica que
protagoniza la película (y que es interpretada por la gran actriz
Lil Dagover) se enfrentan a situaciones de diverso orden que no
pueden romper, como son la inexorabilidad de la muerte; pero también
asuntos de orden social: el poder, la avaricia, y otros mas. Los
personajes siempre están dispuestos a luchar contra ese orden, a no
permanecer estáticos. A ello se refiere cuando se habla de ímpetu
romántico.
Lil Dagover. Fuente: Dr. Macro's. |
Lang entendía el cine como la historia de la raza humana contra el
medio que busca determinarlos. A él le ocurrió por lo menos dos
veces en las dos guerras mundiales, cuando su vida dio giros
inesperados. La muerte, en “Las tres luces”, es una muerte
humana, cansada de llevar a cabo su labor. Quizá se perciba así
después de los millones de muertos que causó la primera guerra
mundial.
Para la realización de sus escenarios, fundamentales en la
concepción fílmica expresionista (al grado de sacrificar la mesura
en el trabajo actoral para convertirlos en un elemento mas de el
decorado – eso si con profunda significación – en otros filmes
como El gabinete del Dr. Caligari [Das Cabinet des Dr.
Caligari. Robert Weine. Alemania. 1920] y Metrópolis
[Metropolis. Fritz Lang. Alemania. 1927]) Lang contó con la
colaboración de pintores expresionistas de primer orden como Walter
Röhrig y diseñadores de arte adscritos a la corriente como Hermann
Warm y Robert Herlth.
Las tres luces es una película pausada donde cada imagen
ocupa un tiempo considerable en pantalla. No hay que perder de vista
la importancia de las imágenes en el film y el cuidado que les
prestaron Lang y sus colaboradores. Al verla hay que apreciar sus
perfectas y atrevidas composiciones.
Hay que pensar en el carácter sombrío de la época. En el
desaliento de una Alemania derrotada y en crisis, en el ascenso de
los nazis al poder y en la proximidad de otra guerra... Se podría
descifrar el filme si vamos mas allá de su carácter fantástico si
lo analizamos como una expresión de una época crispada, violenta e
incierta.
Fritz Lang, en sus películas, quería abordar
El combate del hombre contra
las circunstancias, el eterno problema de los antiguos griegos, del
combate contra los dioses, el combate de Prometeo. Lo mismo hacemos
hoy: combatimos unas ideas, luchamos contra imperativos que no nos
parecen justos ni buenos para nuestro tiempo...(página 83).
Citando la entrevista que le
dio Lang a Jean Domachi y a Jacques Rivette termino esta introducción
a Las tres luces de Fritz Lang, que veremos a continuación.
Nota
En la presentación di cuenta
de un par de anécdotas que no aparecen en estas notas.
La primera de ellas es
atribuida por Fernando Méndez – Leite von Hafe al propio Lang y la
use para ilustrar la visión del director de la guerra de trincheras
en la primera confrontación mundial.
Un día un grupo de artilleros
austríacos, apostados en una posición avanzada, se encuentra escaso
de municiones, y decide no tirar más que tres salvas por batería,
todas las mañanas a las nueve en punto, sin esperanza de resultado
alguno, sino por principio. Todo iba bien y se desarrollaba con
tranquilidad. Hasta que un buen día los italianos los hicieron
trinar izando desde las trincheras un letrero que decía así:
“Mañana martes tengan la amabilidad de disparar sus salvas a las
diez y quince y no a las nueve”. Tomándoles la palabra a los
italianos, los artilleros del glorioso ejército austríaco reúnen
todo lo que les queda de municiones para la semana, y a las diez y
quince lanzan un verdadero diluvio sobre las líneas enemigas.
Terminado el fuego, y después de haber retirado el algodón de sus
oídos, nuestros amigos austríacos levantan la cabeza para apreciar
un poco los destrozos producidos: cuál no sería su sorpresa al ver
alzarse un nuevo letrero desde las trincheras opuestas. En efecto,
los italianos esperaban sin entusiasmo una visita de inspección de
uno de sus coroneles, entre las diez y las diez treinta. El letrero
decía: “Gracias amigos. El Coronel está en un estado crítico,
prácticamente muerto... ” (página 24).
La segunda anécdota es mucho
mas conocida. Se refiere a aquella vez en que el
ministro de propaganda de Adolf Hitler, Joseph Goebbels, le
ofreció hacerse cargo de la cinematografía del Tercer Reich. Se ha
puesto en duda su veracidad, o al menos el hecho de que las cosas
hubieran ocurrido realmente así, pero la use como ejemplo de cómo
la Segunda Guerra Mundial afectó a la vida del director de Las
tres luces.
La historia ha sido narrada muchas veces en términos mas o menos
similares. Goebbels le ofreció a Lang la oportunidad de hacer
películas para los nazis. Al parecer Metrópolis había
impresionado a Hitler cuando la vio. Lang le contestó que había un
problema: su madre era judía. Goebbels le habría contestado:
“nosotros decidimos quién es judío”. Esa misma noche el
realizador de cine tomó un tren rumbo a París y no paró hasta
llegar a los Estados Unidos.
Referencias:
Jensen, Paul M. (1999) Sombras
en el cine de Fritz Lang. JC Clementine. Madrid.
Kracauer, Siegfried (1985) De
Caligari a Hitler. Una historia psicológica del cine alemán.
Paidós. Barcelona.
Lang, Fritz; Jean Domachi y
Jacques Rivette (2003) Entrevista con Fritz Lang. En Jean Renoir y
otros. La política de los autores. Entrevistas.
Paidós. Barcelona.
Méndez – Leite von Hafe,
Fernando (1980) Fritz Lang. Su vida y su cine.
Daimon. México.
Sánchez Biosca, Vicente
(2004) Cine y vanguardias artísticas. Paidós. Barcelona.