La victoria de Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia
[Título original: Birdman: Or (The Unexpected Virtue of Ignorance).
País: Estados Unidos. Año: 2014], Emmanuel Lubezki su fotógrafo y
su director Alejandro González Iñárritu ha sido como una gran
fiesta de reinstauración del orgullo fílmico nacional que comienza
a pasar factura en forma de resaca.
Los espectadores ahora ya estamos sedientos por seguir viendo
películas maravillosas. A veces nos gana el optimismo y olvidamos
que éstas son realmente extraordinarias y la cartelera casi siempre
se llena con ofertas incapaces de alimentar adecuadamente aun público
relativamente exigente.
Eso aplica incluso para las películas que ganaron premios de la
Academia de Hollywood y que a nuestra ciudad han llegado con un
profundo retraso y se han sedimentado en el fondo de las salas
generalmente en un sólo horario poco accesible.
De algunas de estás películas hemos podido comentar y otras se han
quedado en el tintero. A los lectores de este blog les debo, por
ejemplo, un texto sobre Francotirador (American Sniper.
Director: Clint Eastwood. Estados Unidos. 2014), el incómodo filme
de uno de los grandes realizadores actuales, activos y provocadores.
Con la intención de ponerme al día he preparado unas líneas sobre
La teoría del todo (The Theory of Everything. James Marsh.
Reino Unido. 2014) la película que obtuvo el reconocimiento de la
Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood a mejor
actor en un rol principal en la entrega de 2015.
El protagonista de La teoría del todo,
Eddie Redmayne interpreta a Stephen Hawking, uno de los físicos
teóricos más relevantes del siglo XX. Se trata de un film dirigido
por el mismo cineasta que hizo el prestigioso documental Man on wire
[Reino Unido y Estados Unidos. 2008] ganador del Oscar en el año
2009.
La teoría del todo es un biográfico centrado en el primer
matrimonio de Hawking. Su esposa Jane es interpretada por Felicity
Jones. Una parte de la fama pública del cosmólogo Stephen Hawking
se debe a su libro de divulgación científica llamado “Breve
historia del tiempo”. La otra parte es atribuible al hecho de que
padece un trastorno degenerativo que le impide gran parte del
movimiento voluntario de su cuerpo.
Eddie Redmayne se sacó la lotería con este personaje. Gracias a la
exigencia física que requiere el interpretar a alguien con un mal
funcionamiento general de la capacidad motriz y los matices que
ofrece que al mismo tiempo sea una de las mentes más brillantes de
su momento (y además una celebridad) era casi imposible que pasara
desapercibido para la Academia.
Gran parte de los elementos que tenemos para evaluarlo provienen de
la fidelidad a su modelo en la vida real. La diferencia con Michael
Keaton en Birdman (quizá el gran perdedor en la última noche del
Oscar) radica en que éste último creó un personaje desde los
territorios absolutos de la imaginación, mientras que Redmayne hubo
de estudiar con cuidado a su modelo para hacer verosímil su trabajo.
Esta idea (que la he tomado de un diálogo con el joven actor Rodolfo
Ornelas) propone una diferencia, según lo entiendo yo, tan grande
como la que hay al hacer una copia o calca y crear absolutamente de
la nada. Personalmente me quedo con el rico trabajo que hizo Michael
Keaton.
Pero tampoco quiero regatearle méritos al Redmayne. De hecho pienso
que su actuación supera a la película en su conjunto. Por un lado
La teoría del todo tiene una serie de valores de producción
que se traducen en una cuidada recreación de época. Pero por otro
el trabajo de composición de cuadro del fotógrafo Benoît Delhomme
tiene poco rigor, llegando a cortarle los pies a los actores. Ello es
a nivel general académicamente incorrecto y dentro de la película
resulta injustificado. Otro recurso que no termina de adquirir
sentido son las recurrentes imágenes sobre expuestas.
Stephen Hawking es un científico notable que puso en duda ciertos
principios de la física que eran considerados universales e
inalterables. Gracias a ello pudo estructurar una teoría que ahora
es generalmente aceptada en el medio de las ciencias. Según ella el
tiempo y el universo tuvieron un origen y tendrán un final.
La película no se concentra en ese descubrimiento, que ha sido el
gran éxito de Hawking, sino que, según ahí mismo se explica, se
llama igual que un fracaso. La
“teoría del todo” es un proyecto mediante el cual se busca una
sola explicación universal que debería expresarse en una ecuación.
Este proyecto resulta inacabado y utópico pero le permite a su autor
poner en duda los propios principios que ha generado y lo
define como una mente
inquieta e incansable.
La película La teoría
del todo rara vez apela y trata
del gran logro de Hawking que
es haber explicado
globalmente el tiempo. Sólo al final, con un recurso fílmico que
apela a los orígenes del cine (específicamente a El
derrumbe de un muro [Démolitiond'un mur. Louis Lumière. Francia. 1896]), el director se permite
explorar uno de los aspectos del tiempo propuestos por el físico: la
percepción subjetiva que tenemos de él.
Si La teoría del todo
fuera una gran película
exploraría los equivalentes cinematográficos de los diversos
aspectos del flujo temporal. Entonces sería un filme innovador capaz
de superar hasta sus propios defectos. Pero finalmente es sólo una
biografía convencional de un hombre extraordinario.