Bajo la misma
estrella (The Fault in Our
Stars. Estados Unidos, 2014),
el melodrama taquillero de la temporada, inicia con una mentira sobre
si mismo. Al principio de la
película dirigida por Josh
Boone se
anuncia que no será una
historia igual a todas las que tratan sobre gente enferma de cáncer.
Y lo que ocurre realmente es
que está conformada por una serie de ideas repetidas, filmada de una
manera nada original y larga
hasta la aburrición. Por si esto fuera poco mantiene una posición
intelectual que sería pretenciosa sino fuera
ridícula.
La
película trata
de dos jóvenes enfermos. Ambos serían muy
exitosos sino fuera por su enfermedad. Ella
es Hazel.
Tiene cáncer tiroidal
extendido a los pulmones. Es estudiosa e
intelectual de una manera mas bien insoportable, como lo saben ser
los adolescentes. Shailene
Woodley interpreta este
papel. Su pareja es Gus,
quien solía
ser jugador de básquetbol hasta que tuvieron que cortarle una
pierna. Ahora prefiere los video juegos y sueña con una narrativa
heroica
que le permita trascender. El actor Ansel
Elgort trata de convencernos
de su inteligencia a lo largo de toda la película sin demasiado
éxito.
Bajo la misma
estrella, título
que en su traducción mexicana carece de sentido, trata del encuentro de Hazel
y Gus, el
romance adolescente que
sostienen y de su sexualidad
carente de cualquier elemento perturbador. Juntos viajan a los Países
Bajos, y en Ámsterdam visitan las calles mas turísticas, los
canales, los restaurantes de lujo y la casa de Ana Frank. Ni una
vista de la zona roja y sus fálicos monumentos que pudieran
remotamente perturbar al público... al
público de hace 40 años.
En
términos de guión, Bajo la misma estrella
repite el modelo de Historia de amor (Love
Story. Dirección: Arthur Hiller. Estados Unidos. 1970)
la película protagonizada por
Ali MacGraw y Ryan O'Neal
sólo que sin matrimonio y con unos años mas en la edad de los
personajes. Aunque al
inicio nos quiera despistar, Bajo la misma estrella,
tiene un guión
tan predecible que no deja dudas prácticamente desde el principio.
Uno de los amantes le va a sobrevivir al otro. Y
nosotros, los espectadores, tendremos que sobrevivir al aburrimiento
que nos va a producir.
La
película ocurre en un ambiente de clase media alta donde las
preocupaciones financieras apenas aparecen, un mundo donde toda la
gente se viste bonito, utiliza computadoras y teléfonos Mac y
donde hay miembros de las
familias
que pueden dedicarse de tiempo completo a cuidar a los enfermos. Este
entorno es ideal para disminuir el tono de la narración. En lugar de
ser un drama sobre las condiciones sociales imperantes en una
sociedad que no cuenta con apoyos para la salud de la mayoría de la
población, Bajo la misma estrella se
concentra en la pérdida de la virginidad de sus personajes y en las
consecuencias emocionales del primer enamoramiento sin
dejar de ser un melodrama en el sentido peyorativo del término.
Hubo gente en el público que sorbió algunos mocos y seguramente
dejaron caer algunas lágrimas. La película está hecha para eso.
Filma en gran acercamiento los momentos dolorosos de los personajes,
con la idea de que si los vemos sufrir nosotros, de este lado de la
pantalla, también sufriremos. Obviamente el impacto no es parejo. No
dejan de escucharse las risitas sardónicas de aquellos que son
conscientes de la exageración.
La manera en que el director Josh Boone filmó Bajo la misma
estrella carece de cualquier tipo de originalidad, la cámara
siempre está puesta de una manera convencional, sin aportar nada,
con una luz siempre exageradamente clara. Las escenas se resuelven
recurriendo al lugar común: si los personajes despiertan, lo primero
que vemos es su casa bajo la luz del nuevo día, luego se entra a su
cuarto y si es un diálogo (como casi toda la película) primero
vemos el rostro de un personaje y luego el siguiente.
El uso de la música es convencional en extremo, ya que se pone
cuando los personajes se dan el primer beso, es decir se ocupa para
aderezar las escenas mas empalagosas de la película. Y en algunas de
ellas se incurre hasta en el exceso de usar filtros para que la
imagen se vea mas suave. La idea, pudiera ser, es que la película
pareciera un video clip.
Lo
peor de todo es la posición intelectual de Bajo la misma
estrella. La voz en off de
Jeisel trata
de ser irónica. El guión quiere mostrarnos a un Gus que es mas
inteligente que los propios adultos. La “sabiduría” de la clase
media no sólo se
consiente, sino que se
aprecia. Y eso que hay un par de actores que por su trayectoria
podrían aportar algo de oscuridad, de contraste a la película.
Laura Dern hace muchas
lunas inspiró las fantasías psicóticas de David
Lynch y Willem
Dafoe fue el Jesús de Martin
Scorsese en La última tentación de Cristo
(The Last Temptation of
Christ. Estados Unidos y Canadá. 1988) y
el protagonista de Anticristo (Antichrist.
Lars Von Trier. Coproducción
de Dinamarca, Alemania, Francia, Suecia, Italia y Polonia. 2009).
Espero
que un actor del
talento y prestigio de Willem
Dafoe haya cobrado mucho por
el par de escenas donde se desperdicia completamente, ya
que su personaje es
una especie de Dr. House
incapaz de imponerse intelectual y moralmente a un par de
adolescentes. Es
finalmente
la muestra del desprecio de guionistas y director a cualquier atisbo
de profundidad. Una historia como la de Bajo la misma
estrella tiene muchas aristas
oscuras. Mencionemos un par, ya tratadas en otros filmes. Primera
arista oscura: la sexualidad de los lisiados. El cuerpo incompleto
que apetece y obtiene placer como evidencia de estar vivo, tal y como
se vio en Metal y hueso (De
rouille et d'os. Jacques Audiard. Francia y Bélgica. 2012).
De eso casi no hay nada en
Bajo la misma estrella.
Segunda
arista oscura: el humor negro, la
risa que surge de situaciones
en las
que el buen gusto o la
corrección política no
permiten
hacer bromas. De esto
apenas se escucha
alguna línea los diálogos
de la película en cuestión.
Qué diferencia, por ejemplo con Juno - Crecer, correr y
tropezar (Juno.
Estados Unidos. 2007) la
reflexión sobre el embarazo adolescente de
Jason Reitman,
donde la sexualidad tabú de los jóvenes muy jóvenes era tratada
con desenfado y profundidad. Pero de haber seguido cualquiera de esas
líneas, Bajo la misma estrella quizá
hubiera sido un film menos exitoso. Más interesante, profundo e
inteligente, pero menos taquillero. Finalmente no se puede tenerlo
todo.