El documental Estoy Aquí Por Una Noche: The Days With Abbie (2015) de
Carlos Muñoz - quien, supongo que para
destantear al enemigo con un guiño al cine soviético, firma como C. Muñoz –
recurre a mapas que van de lo macro a lo micro para marcar el recorrido
realizado por la cantante australiana Abbie Cardwell desde Melbourne hasta la
Ciudad de México donde empieza a grabar un disco con la banda de surf rock Twin
Tones, los acompaña en el Vive Latino, se toman fotos en Xochimilco y se van de
gira por Oaxaca.
La representación
espacial multinivel marca tanto un recorrido
transpacífico como un traslado en metro - y pesero en proceso de desaparición - desde el norte hasta el centro de una misma urbe. Esa necesidad
cartográfica está emparentada con la de Güeros (2014), el inagotable film de Alonso
Ruizpalacios, cuyos
personajes andan por una ciudad inabarcable en busca de un pasado elusivo y de
un rostro que los acompañe en la vida. En ambos casos el mapa sirve para
unificar lo diverso.
Pensemos
en la música de los Twin Tones. Es una mezcla del surf, soundtracks del spaghetti
western, aires del desierto americano y del folclor mexicano interpretados por
defeños de Aragón acompañados por una cantante de folk y jazz llegada de Australia.
En tales recovecos no es difícil perderse. Por eso un mapa resulta útil y C.
Múñoz lo sabe.
La mezcla
musical también lo es cinematográfica. Documental en el sentido de compromiso
con los hechos más allá de la pantalla. Rock and road movie, le llama José Xavier
N. en El
Universal, mezcla entre la película que incluye registros de grabaciones y
conciertos de grupos de rock and roll que además se van de gira. El resultado
son unas imágenes que se nos muestran hiper post producidas para obtener un
look similar a la televisión digital de brillantes colores, de lustre demasiado
brillante por momentos.
El
material registrado por un grupo de cinefotógrafos profesionales se mezcla con
las imágenes obtenidas por la misma Abbie Cardwell con su teléfono celular. La
visión del cineasta (tercera persona frente a los hechos) con la mirada del
protagonista (primera persona al grado de ser operadora y sujeto de registro).
A ello hay que sumarle las transmisiones televisivas y los videos de YouTube. Multifuentes
mezcladas desde lo digital con las habilidades de quienes operan estas nuevas
tecnologías, indispensables en la búsqueda de una historia y una temática.
A nivel
anecdótico Estoy Aquí Por Una Noche: The Days With
Abbie, tiene carácter tránsito
no de permanencia. Es una visita con plazo perentorio. Un one night stand deslumbrado
pero no deslumbrante por la reducción del drama. No hay conflicto en este
documental. Ello hace fuerte el contraste entre la escena de la compra del
vestido en La Lagunilla con la vida amorosa de la cantante y un insinuado
romance en Oaxaca. Esto emparenta al material con aquellos videos que acompañan
a los discos y que cumplen la función cara al melómano de conocer los procesos
creativos de los artistas.
En lo
temático el viaje de Abbie Cardwell a México y la convivencia con sus
anfitriones los Twin Tones acaso tiene como metáfora un mapa comprimido,
entendida la compresión como un proceso caro a lo digital que busca compactar
la información para compartirla eficazmente. Un mapa digital, unas imágenes y
unas canciones comprimidas para verse y oírse en internet son una metáfora de
un mundo también comprimido, donde no hacer un viaje de cinco horas carece de
sentido cuando alguien ha viajado desde Oceanía a Mesoamérica. Para estos
jóvenes el mundo, tan al alcance, requiere de mapas que orienten una navegación
gozosa pero también desdramatizada.
Estoy Aquí Por Una Noche: The Days With
Abbie se exhibe hoy,
viernes 24 de junio de 2016 a las 6 de la tarde en la Sala de Cine Rodando (Plaza
de Aranzazu de San Luis Potosí) en el contexto del Rodando Film Fest.