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domingo, 22 de noviembre de 2015

Intensa Mente

El presente texto sirvió como guía para mi intervención en el Café Cinematográfico organizado en la Librería Gandhi de San Luis Potosí en torno a la película Intensa Mente el 29 de julio de 2015. Ahí compartí estrado con Paula Hernández Valle. El entusiasmo fue tal que después se organizó la primera parte del curso Una mirada psicológica a los grandes éxitos de Pixar. Para celebrar que llegamos al final de ese curso les dejo estos apuntes antes de que llegue Un gran dinosaurio:

No me parece exagerado decir que la compañía Pixar, productora de películas de animación, es una de las instancias industriales que resultaron fundamentales en la configuración de lo que hoy conocemos como cine digital. Historiadores como Mark Cousins (2005) señalan que el cambio a la era digital del cine tiene como uno de sus puntos clave el estreno del primer largometraje cuya banda de imágenes fue completamente generada por computadora: Toy Story de John Lasseter (1995)
Esta película, como logro creativo, es incuestionable. Si bien la animación por computadora ya tenía avanzado cierto trayecto y había salido del territorio experimental desde la década anterior (Manovich, 2005) Lasseter y sus colaboradores impusieron un estándar que sacaba provecho a las limitantes de la técnica emergente.
La apuesta no era por el realismo aspiracional de otras experiencias digitales sino que ocupaba como protagonistas a objetos que lucían muy bien al ser generados como superficies nuevas, relucientes y artificiales. Además, como señala Cousins en su documental (2011a) sus emplazamientos de cámara eran imposibles en el cine analógico.
El éxito de Toy Story implicó la reubicación de los procesos de animación tradicional llamados bidimensionales. El mercado de las películas de verano sería desde entonces dominado por la animación tridimensional generada en computadora sin que ello implique que todos los filmes producidos con esta técnica hayan tenido una buena acogida económica o estética.
Pero definitivamente el parámetro hollywoodense se volvió el de Pixar, aunque ello no ha implicado la muerte de la animación tradicional, que ha tenido grandes logros artísticos incorporando híbridos analógicos y tradicionales en las películas del maestro recién retirado Hayao Miyazaki, en filmes como La canción del mar (Moore, 2014) y La leyenda del la princesa Kaguya (Takahata, 2013).
Las películas de Pixar integran las nuevas técnicas digitales al contexto de la tradición narrativa del cine de Hollywood. El aspecto narrativo, lo ha dicho John Lasseter reiteradamente es fundamental para sus películas e indisoluble de la propuesta técnica: se crean historias que permiten el uso de los procesos últimos digitales de movimiento, flexibilidad, textura y render.
En ese contexto se debe enfatizar para entender la nueva película de Pixar: Intensa Mente (Docter & Del Carmen, 2015). Pete Docter es uno de los veteranos del equipo de la compañía. Colaboró, entre otros guiones, con el de Toy Story, dirigió Monsters, Inc. (Docter, Silverman, & Unkrich, 2001) y uno de los grandes logros fílmicos del estudio: Up, una aventura de altura (Docter, 2009).
Los guiones del cine clásico de Hollywood, entendido como un estilo colectivo, tienen características que se cimentaron desde la década de 1910 (Bordwell, Staiger, & Thompson, 1997). Una de las principales es que la anécdota está motivada por las acciones del personaje:
La película clásica de Hollywood presenta individuos psicológicamente definidos que luchan por resolver un problema claramente indicado o para conseguir unos objetivos muy específicos. En el transcurso de esta lucha, el personaje entra en conflicto con otros o con circunstancias externas. La historia termina con una victoria decisiva o una derrota, la resolución del problema y la consecución o no consecución de los objetivos. El medio principal es, en consecuencia, el personaje, un individuo diferenciado, dotado con una serie coherente de rasgos, cualidades y conductas evidentes (Bordwell, 1996, p. 157).
El principal motor de la causalidad en este estilo es el protagonista ya que con su voluntad hace que ocurran los eventos de la historia. Asunto clave para cualquier análisis de Intensa Mente es dejar claro que el protagonista es Alegría y no Riley. Quien tiene la iniciativa de rescatar emocionalmente a la segunda es la primera y es quien debe realizar el viaje por los distintos parajes de la mente. La lucha de Alegría (acompañada por Tristiza y con Bing Bong como aliado) es por regresar al control maestro para ser que Riley sea feliz.
Dado que este el interés principal de la protagonista, Tristeza se presenta como la antagonista que, aparentemente, se debe combatir, aunque para este personaje está reservada una revelación importante de la que hablaré posteriormente. Aquí simplemente digo que la resolución del conflicto planteado en Intensa Mente se anunció desde el cortometraje Día y Noche (Newton, 2010) que se proyecto previo a Toy Story 3 (Unkrich, 2010).
Las circunstancias a las que debe enfrentar la protagonista son las propias del viaje: terrenos inhóspitos (el subconsciente), abordaje de vehículos (el tren del pensamiento) falta de un guía o de un mapa para salir de ciertos lugares (el laberinto de la memoria a largo plazo) entre otras.
Es indispensable ver la construcción del espacio donde tiene lugar la historia. Hay dos planos, el externo que corresponde a la realidad concreta de Reily y el interno: el del funcionamiento de su mente. El primero es fundamental, ya que la crisis del personaje se desata a partir de un traslado hacía la ciudad de San Francisco, el segundo es el que me interesa describir.
La representación geográfica de la mente de Reily está compuesta por un control central donde operan las emociones (Alegría, Tristeza, Desagrado, Furia y Miedo) que genera reacciones afuera, en el cuerpo de Reily. Está organizado como si fuera un video juego, por sus colores brillantes que le dan un aspecto muy similar a la interfaz de Candy Crush.
Es interesante que los centros de control en la mente de los padres sean distintos: el de la madre tiene cortinas, como si fuera la estancia o sala de una casa habitación y el del padre hace pensar en un comando militar. Esto hace pensar que el espacio del control central cambiará con el tiempo y el crecimiento de Reily.
Existen otros espacios en su mente: el laberinto del largo plazo, la sala del pensamiento abstracto, fantasilandia, el estudio donde se producen los sueños y dos particularmente oscuros: el subconsciente (una caverna “donde se encierran a los revoltosos”) y el olvido (un desfiladero de donde no pueden regresar los recuerdos y que separa a las demás áreas del control central.
Los objetivos del personaje finalmente se logran: Alegría y Tristeza regresan al control central pero en una situación distinta a la que se esperaba. En lugar de que Alegría lleve a Reily a un estado de permanente felicidad las cinco emociones (incluyendo a Tristeza cuya utilidad es revelada) deberán colaborar de una manera más estrecha y activa en el manejo de y una nueva consola que permite a todos operar simultáneamente.
Todo lo que ocurre en la película se supedita a una unidad de acción muy estricta donde cada evento tiene una razón de ser: contribuir o aplazar el resultado final de la historia. Y ello incluye elementos cuya importancia no se revela en un primer momento como la presencia del brocolí, que será constante de principio a fin.
El asunto del protagonista y el antagonista merece una atención especial. En muchas películas de Hollywood (pero nada más en ellas) aparece una clara dicotomía entre ambos personajes. Uno representa a las fuerzas del orde que habrá de restablecerse y la acción del otro implica cambios presentados como dañinos. Uno es particularmente bueno. El otro tiende a la maldad. Así funciona, por ejemplo, Monsters, Inc. donde la dupla de “Sulley” Sullivan y Mike Wazowski protagonizan y la de Randall Bogs y Henry J. Waternoose antagonizan.
Hay otros tipos de historia. Se les ha ubicado (quizá sin demasiado rigor) dentro de una tradición “humanista” en el cine, en cuyas historias si bien hay personajes que antagonizan entre sí, ninguno de ellos actúa impulsados por una fuerza negativa, antes responden únicamente al papel que en cierto orden les toca jugar.
Resulta singular el asunto porque es raro ni buenos ni malos en una película. Y sin embargo así operan los filmes dirigidos por Jean Renoir como La regla del juego (1939) y La Gran Ilusión (1937) o por Hayao Miyazaki [El viaje de Chihiro (2001)]. En el caso de Pixar, el conflicto en Noche y Día se resuelve no por la aniquilación de los opuestos sino por el descubrimiento de su complementareidad.
Tristeza n es un antagonista común. Es un aliado incomprendido que, hasta el último momento, es tenido como indeseable en el orden que Alegría pretende restaurar. Su carácter es muy interesante porque no es sólo el humor melancólico. También es la más intelectualizada de las emociones, la que analiza de manera más puntual, la que accede a la lectura y con ella al poder de la palabra para cambiar la realidad.
Podríamos inscribir Intensa Mente dentro de una corriente fílmica de películas que han ubicado en el espacio de la subjetividad o por lo menos se desarrollan en ciertos lugares de la mente de sus personajes. Dos de estos filmes serían Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Gondry, 2004) y El origen (Nolan, 2010).
Mark Cousins emparenta a ambas películas. Las ubica en la familia de los films que piensan en el cine. Ambas podrían ser un adelanto de lo que será mañana o en 2046 el arte cinematográfico metido en nuestra mente, imbuyendo al espectador en sus historias más similares que nunca a un sueño con el que se puede interactuar (2011b).
El mundo de Intensa Mente es una alegoría, un conjunto de elementos que podemos decir que mantiene un paralelismo con los conceptos que nos explican la mente humana (sería arduo hablar de una realidad de la mente). Siendo una figura retórica de esta naturaleza entonces habla de algo más profundo que puede interpretarse poéticamente a partir de metáforas o comparaciones (Beristáin, 2006, p. 25).
En Intensa Mente los pensamientos son imágenes que se mueven, reproducidas de diversas maneras. Las esferas – que son su representación o su contenedor físico – reproducen imágenes ocurridas en el mundo exterior, almacenadas en la mente, sujetas a ser interpretadas y generadoras de acciones. Algunos de esos pensamientos son centrales y otros no. Éstos se borran. Los otros deben conservarse si no se quiere alterar todo el espacio subjetivo de Reily.
Cuando alguien toma esas esferas en sus manos entonces los recuerdos transcurren en una sucesión de imágenes en movimiento que se pueden adelantar o atrasar como si estuvieran siendo reproducidos en la pantalla táctil de una computadora, tableta o teléfono. Es el símil de una reproducción digital de la imagen.
Pero no sólo eso: de vez en cuando los recuerdos se proyectan haciendo pasar por la esfera un rayo de luz y usando la parte de adentro de los ojos de Reily como una pantalla. Los pensamientos entonces tienen la forma de la más tradicional forma de proyección cinematográfica.
Más que prever el futuro del cine, como los filmes de Michael Gondry y de Christopher Nolan, la película de Pete Docter y del equipo de Pixar explica los recuerdos como si fueran películas. Intensa Mente es un filme tenso, un arco entre el cine de mañana y el de ayer. Una forma clásica de narrar con fuertes raíces en el siglo XIX, desarrollada en el XX y que pretende explicar las ideas complejas que nos atañen en el siglo XXI.
Un ejemplo: la forma en que se producen los sueños tiene muchos elementos que la unen con la televisión pero también con la producción fílmica de Hollywood. Se usa una cámara para registrarlo e incluso el diseño del área guarda relación con la forma que tienen los estudios Paramount.
Creo haber explicado, contextualizado e incluso hasta interpretado elementos que considero importantes para ver la película. Pero la manera que tienen los realizadores de entender los recuerdos, la memoria, las emociones, los sueños y, en fin, la mente, nos la va a explicar mucho mejor Paula Hernández.
Referencias
Beristáin, H. (2006). Alegoría (y niveles de sentido). Diccionario de retórica y poética. México: Editorial Porrúa.
Bordwell, D. (1996). La narración en el cine de ficción (1era. ed.). Barcelona: Paidós.
Bordwell, D., Staiger, J., & Thompson, K. (1997). El cine clásico de Hollywood (1a ed.). Barcelona: Paidós.
Cousins, M. (2005). Historia del cine (1a ed.). Madrid: Blume.
Cousins, M. (2011a, diciembre 3). La historia del cine: una odisea. Los nuevos cineastas independientes y la revolución digital. Reino Unido.
Cousins, M. (2011b, diciembre 10). La historia del cine: una odisea. El cine de hoy y del futuro. Reino Unido.
Docter, P. (2009). Up, una aventura de altura. Walt Disney Studios Home Entertainment.
Docter, P., & Del Carmen, R. (2015). Intensa Mente. Walt Disney Studios Motion Pictures.
Docter, P., Silverman, D., & Unkrich, L. (2001). Monsters, Inc. Walt Disney Studios Home Entertainment.
Gondry, M. (2004). Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Universal Studios Home Entertainment.
Lasseter, J. (1995). Toy Story. Animación, Walt Disney Studios Home Entertainment.
Manovich, L. (2005). El lenguaje de los nuevos medios de comunicación (1era. ed.). Barcelona: Paidós.
Miyazaki, H. (2001). El viaje de Chihiro. Walt Disney Studios Home Entertainment.
Moore, T. (2014). La canción del mar. Universal Pictures Home Entertainment.
Newton, T. (2010). Día y Noche. Walt Disney Studios Home Entertainment.
Nolan, C. (2010). El origen. Warner Home Video.
Renoir, J. (1937). La Gran Ilusión. The Criterion Collection.
Renoir, J. (1939). La regla del juego. The Criterion Collection.
Takahata, I. (2013). La leyenda del la princesa Kaguya. Zima.

 Unkrich, L. (2010). Toy Story 3. Walt Disney Studios Home Entertainment.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La cumbre escarlata

I
Para analizar y entender La cumbre escarlata [Crimson Peak. Guillermo del Toro. Estados Unidos y Canadá. 2015] considero necesario establecer su filiación genérica. Lo más sencillo es clasificarla como un thriller, es decir, como una película de terror. Hay elementos que lo sugieren: la protagonista de la historia es una joven virginal (Edith Cushing / Mia Wasikowska ) acosada por fantasmas.
Eso ya, de entrada, da pie para algunos sustos. No hay que olvidar que el género busca producir sobresaltos al espectador. Desde el primer fantasma (interpretado por Doug Jones) queda claro que esa es la intención de Del Toro. Por un lado está el diseño de los espectros casi todos descarnadamente siniestros. El modo en que aparecen, avalanzándose sobre la cámara y con un acompañamiento sonoro estruendoso, pretende provocar “sustitos” en el espectador.
Pero hay muchas cosas que nos pueden hacer saltar de la butaca, no sólo los fantasmas o las criaturas sobrenaturales. Las amputaciones, por ejemplo. Es raro permanecer emocionalmente indiferente a ellas. Y La cumbre escarlata está coronada por un duelo con objetos punzo cortantes en el que está involucrada la protagonista y la antagonista ( Jessica Chastain / Lucille Sharpe).
La presencia de los fantasmas es, además, un elemento que proviene de las convenciones de otro género que con mucha facilidad se le llama fantástico aunque el término por sí es más complejo de lo que aparenta. Desde la teoría literaria Tzevan Todorov definió al género por su carácter etéreo, tendiente a desvanecerse en un momento, que ocurre apenas brevemente cuando los lectores no sabemos si lo que estamos leyendo es real o sobrenatural.
Lo fantástico, según Todorov, es un espacio de duda, apenas existe cuando no sabemos si los hechos relatados pertenecen a la incursión de lo mágico, lo maravilloso o lo sobrenatural en nuestro mundo ordinario o simplemente son producto de la imaginación desbocada o del sueño febril de los personajes.
Esta idea se puede aplicar al cine. Es cuestión de revisar algunos clásicos como El fantasma del convento [Fernando de Fuentes. México. 1934] para poder hace una aplicación transparente de los conceptos de Todorov.
Para que el espectador perciba está ambigüedad es necesaria una cierta estructura, una manera determinada de contar la historia. La cumbre escarlata arranca y concluye con un libro en pantalla. Edith, la protagonista, es una escritora. Y a lo largo de la película vemos el proceso de creación de su obra. El personaje de Edith se vuelve central porque en el relato que hace uno mismo al libro y la película están enunciados sus propios temores.
Temor a la sexualidad, por ejemplo: el deseo mezclado con miedo determina la convivencia con su padre (Jim Beaver / Carter Cushing) y su negativa inicial (y extendidísima en el lastrado arranque del filme) de abandonar el hogar en Estados Unidos.
Creo que el asunto de la filiación genérica de La cumbre escarlata no es menor. Y es bueno tenerlo en mente porque los sustos (que cierta parte del público busca en un impulso masoquista bien interesante) pueden escasear en esta película.
II
Desde el momento de su promoción se definió a La cumbre escarlata como “un romance gótico de Guillermo del Toro” lo que implica una mezcla de filiación genérica y de política de autor. No abundaré sobre las consecuencias emocionales del romance ya que han sido expuestas y criticadas de manera puntual y puntillosa por el maestro Jorge Ayala Blanco en su texto “Guillermo del Toro y el terror cursi”.
Voy a mencionar algo sobre lo gótico, término que a diferencia del “terror” tiene la ventaja promocional de la ambigüedad ya que todos pueden hacerse una idea de lo que es a partir del masivo desconocimiento de tema. Pero hay una definición como estilo o corriente que nace en la literatura y se traslada al cine.
De hecho el gótico nace como género literario popular pero moral y académicamente despreciado en su momento. Me baso en el libro del doctor Vicente Quirarte para hacer una lista de las características de la literatura gótica:
Primero: el espacio donde se desarrollan sus historias, mismo que determina la atmósfera y tiene implicaciones temáticas. Se habla de un paisaje épico, evocador de la batalla entre el bien y el mal, con un clima agresivo en medio de ruinas abandonadas. En la literatura gótica es común el castillo oprimente, intimidante y espantoso, como debe ser todo edificio que pretende albergar al poder.
Segundo: los personajes. Debe haber un tirano que arruina la existencia de los jóvenes pero cuya dominación es boicoteada por los incontrolables excesos de sus pasiones. En este caso, el villano resulta mucho más interesante que el mismo héroe.
Tercero: situaciones y temáticas. El incesto florece de manera oscura en estos relatos, los osarios y los manicomios remiten a la locura que determina muchas acciones mientras los personajes experimentan trances de muerte y sueños extraordinarios. Los espacios cerrados o subterráneos, donde ocurren los entierros en vida, funcionan como metáfora del aislamiento humano.
A partir de eso creo que es fácil afiliar a La cumbre escarlata con lo gótico. En el siguiente hipertexto les dejo el enlace al podcast Sonido Directo sobre la película para que puedan escuchar la aplicación de estas características al filme.
III
Entre el género, la política de autor y la estructura narrativa La cumbre escarlata resultó para mí una de las películas más predecibles del año. No voy a discutir la idea, generalmente aceptada, de que Guillermo del Toro en una gran fuerza creativa y un director más que solvente, abiertamente bueno y obsesivo al momento de confeccionar su obra.
Pero parte del problema de La cumbre escarlata es que hay una huella digital que distingue a del Toro y está impresa en sus mejores películas como El espinazo del diablo (España. México. Argentina. Francia. 2001) y El laberinto del fauno (España. México y Estados Unidos. 2006), donde está presente la idea del fantasma como metáfora del tiempo, como eco del pasado. Tras haber visto esas películas la tenemos clara la idea de del Toro de que sus fantasmas y demás criaturas sobrenaturales son amorales, nunca destructivos o “malos” por si mismos.
Todo ello queda claro desde el arranque mismo de La cumbre escarlata cuando aparece el fantasma negro de la madre.
A eso hay que sumarle el carácter gótico. La forma en que presentan el incesto en el guión (firmado por el director y Matthew Robbins) pretende sorprender y no lo logra. Es demasiado evidente cuando se conocen las características del género, igual que el tema de la locura y el aislamiento.
Y para rematar el cúmulo de elementos que me hicieron dar por vista la película en su primera media hora está la estructura dramática circular que anuncia el final desde el principio eliminando la emoción y el suspenso que podría generar la suerte de Edith.
Por último, un incómodo apunte ideológico. Me resultó verdaderamente chocante la escena donde Carter Crushing le revisa las manos a Thomas Sharpe (Tom Hiddleston) y se asume la superioridad de la meritocracia estadounidense frente a la aristocracia europea.
Del Toro y su guionista olvidan que ambos son sólo discursos usados para legitimar el dominio de ciertos grupos en determinadas sociedades. Este olvido – ocurrido en tiempos de Donald Trump y viniendo de un emigrado a Hollywood – se excede de complaciente con las peores pulsiones de la sociedad gringa.
Para leer:
Ayala Blanco, Jorge. “Guillermo del Toro y el terror cursi”. El Universal. el 7 de noviembre de 2015, sec. Confabulario. http://confabulario.eluniversal.com.mx/guillermo-del-toro-y-el-terror-cursi/.
Quirarte, Vicente. Del monstruo considerado como una de las bellas artes. 1a ed. México: Paidós, 2005.
Rubbin, Martin. Thrillers. 1a ed. Madrid: Cambridge University Press, 2000.
Todorov, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica. 1a ed. México: Ediciones Coyoacán, 1994.