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lunes, 12 de mayo de 2014

56 Muestra Internacional de Cine


Para la 56 Muestra Internacional de Cine se ha programado la proyección de una buena cantidad de películas de directores ampliamente reconocidos por las comunidades cinéfilas:
Se presenta el volumen 1 del díptico Ninfomanía (Nymphomaniac: Vol. I. Director Lars Von Trier. Coproducción de Dinamarca, Alemania, Francia, Bélgica y del Reino Unido. 2013), así como la película que marca la despedida de uno de los directores mas importantes del orbe, el animador japonés Hayao Miyazaki (Se levanta el viento. Kaze tachinu. Japón. 2013).
También está contemplada la proyección de Vamos a jugar al infierno (Jigoku de naze warui. Japón. 2013) de Shion Sono, el director conocido por el público asiduo a las muestras internacionales de cine por películas como Topo (Himizu. Japón. 2011) y Pez mortal (Tsumetai nettaigyo. Japón. 2010).
También están en cartelera de la 56 Muestra Internacional de Cine películas de veteranos como el italiano Ettore Scola (Qué extraño llamarse Federico. Che strano chiamarsi Federico. Italia. 2013) y el chileno Alejandro Jodorowsky (La danza de la realidad. Chile y Francia. 2013) que no debieran requerir mayor presentación.
Es un menú de directores reconocibles por cierto público, de películas que generan expectativas muy concretas. Aunque, para no perder la costumbre, a San Luis Potosí no llega la programación completa. Falta El Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel. Estados Unidos y Alemania. 2014) de Wes Anderson, uno de los cineastas mas apreciados por los jóvenes cinéfilos.
Cuando fue la primera Muestra Internacional de Cine había un serio problema de distribución en México. Muchas películas ponderadas por la crítica no llegaban al país. Gracias a las muestras se pudieron ver filmes como 2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey. Stanley Kubrick. Estados Unidos y Reino Unido, 1968), Antonio de las Muertes (O Dragão da Maldade contra o Santo Guerreiro. Glauber Rocha. Brasil. 1969) y Tres colores: azul, blanco y rojo (Trois couleurs: Bleu, Trois couleurs: Blanc, Trois couleurs: Rouge. Krzysztof Kieslowski. 1993 y 1994. Coproducción de Francia, Polonia y Suiza) todas consideradas como clásicos hoy en día.
Críticos como Carlos Bonfil sugieren que la Muestra ha dejado de tener sentido por que la Cineteca Nacional programa posteriormente las mismas películas durante una o varias semanas e incluso algunas llegan a los circuitos comerciales, aunque sea de manea fugaz.
Ir a la Muestra es todo un maratón. Implica salir a toda velocidad del trabajo para llegar a la última función, batallar con el tránsito del centro histórico y gastar una buena cantidad de dinero en estacionamientos o, en su defecto, encomendarse a la divinidad para que nada le pase al coche. Con los cinéfilos peatones la situación es un poco distinta, pero la prisa y las presiones son las mismas: finalmente es un carrera de fondo cinéfila, exigente pero disfrutable.
La Muestra tiene la ventaja además de que te permite encontrarte con los amigos del cine, aquellos que no has visto quizá desde hace meses (en la última muestra) y con los cuales quisieras compartir tiempo y reflexiones al final de cada función. Desafortunadamente las instalaciones de la Cineteca Alameda, sede potosina de la Muestra, son poco acogedoras y no invitan a quedarse después de la función.
El riesgo de perderse una película existe. Y es muy probable que no quede mas opción que verla en video, lo cual es frustrante para los adictos a las salas cinematográficas. La Cineteca Alameda podría contemplar la opción de programar, posteriormente las películas mas interesantes.
Y cabe mencionar que escribo las mas interesantes, no aquellas a las que el público responda mejor. De hecho hay películas exhibidas en los eventos de la Cineteca Alameda que han pasado desapercibidas, han contado con escaso público y ahora son consideradas piezas clave del cine actual. Ejemplos: 12:08 al este de Bucarest (A fost sau n-a fost? Corneliu Porumboiu. Rumania. 2006) y Tabú (Tabu. Miguel Gomes. Coproducción de Portugal, Alemania, Brasil y Francia).
Para una institución cultural no se trata sólo de dar lo que el público pida, sino enseñarle a pedirle mas y mejor. Tomemos el ejemplo de la exhibición la ópera del MET de Nueva York en el Centro Cultural Bicentenario, que siempre tiene previo una charla impartida por un experto.
Pues bueno, llegó la Muestra. Hagamos lo que al cinéfilo corresponde. Por cierto: iré comentando las películas que ya he visto y lo publicaré aquí. Ojalá a algún interesado le sirvan.

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