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jueves, 15 de mayo de 2014

Películas viejas en la Cineteca Alameda


Siempre he considerado un acierto que la Cineteca Nacional incluya en su Muestra Internacional materiales de cine clásico. Desde que llegó por primera vez a San Luis Potosí (en 1997) hemos podido ver en la pantalla grandes obras de Orson Welles, Charles Chaplin, Jean Renoir, Luis Buñuel y Julio Bracho, entre otros. Las películas “viejas” en exhibición colectiva se renuevan, se (re) descubren, se pueden ver con ojos nuevos.
Desafortunadamente muchas de esas películas nunca las pudimos apreciar correctamente. Ni la Cineteca Alameda ni Cinépolis, dos de las sedes de la Muestra en nuestra ciudad a lo largo de los años, han tenido el equipo óptico que permita exhibir las películas de formato académico de manera adecuada y han optado por proyectarlas deformadas.
Películas como Macario (1959), de Roberto Gavaldón, exhibida hace unas pocas muestras en la Cineteca Alameda, fueron filmadas en un formato de pantalla prácticamente cuadrado, actualmente casi en desuso, que se conoce precisamente como formato académico.
Se entiende que una sala comercial no cuente con equipo para proyectar de esa manera, por que las películas actuales tienden mas bien a ser rectangulares. Pero una sala como la Cineteca Alameda, dedicada al fomento de la cultura cinematográfica, debería tomar en cuenta esos detalles para no distorsionar la obra de algunos de los directores mas importantes de la historia del cine. A esa distorsión los cinefotógrafos le llaman “tortura de la imagen”.
¿Exageración? ¿Lo que cuentan son los contenidos? No lo creo. Las películas son sistemas muy complejos, donde todos los elementos tienen una razón de ser y, en el caso de las grandes películas, los aspectos técnicos refuerzan y guían las intenciones temáticas de los directores. Distorsionar una película es distorsionar un mensaje.
Con todo, la exhibición en 35 milímetros siempre permitía apreciar detalles que se perdían en los formatos caseros de video como el dvd e incluso en el blu-ray. En la Cineteca Alameda ahora las películas se exhiben en formato digital. La Cineteca Nacional ya no distribuye películas en 35 milímetros.
Se han llegado a cometer aberraciones como exhibir Distinto amanecer (Julio Bracho. México 1933) en formato de dvd. En este caso la proyección débil y pobre de la Cineteca Alameda no torturó la imagen, mas bien la hizo casi ilegible. La experiencia resultó mucho peor que quedarse en casa y ver la película en una televisión.
Desde aquel entonces las condiciones de exhibición de la Cineteca Alameda han mejorado aunque siguen sin ser óptimas. No sé qué sentido tenga ver estos clásicos en la Cineteca de San Luis Potosí, sobre todo si tenemos otros referentes.
Las salas comerciales han llegado a exhibir en digital, de manera muy satisfactoria, películas como Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso. Giuseppe Tornatore. Coproducción de Italia y Francia. 1988) o El Padrino (The Godfather. Francis Ford Coppola. Estados Unidos. 1972).
La calidad de proyección de la Cineteca Alameda (full hd, es decir como un blu-ray) y los de los formatos de distribución de la Cineteca Nacional (a veces full hd y otras definición estándar, como un dvd) no están a la altura de las salas comerciales (que exhiben sus filmes en formatos de definición superior como el 2k y a veces el 4k). Aunque hay que señalar que en estas salas falta continuidad de este tipo de proyecciones, al menos en San Luis Potosí.
Un sueño guajiro sería que la Cineteca Nacional sacara provecho de la infraestructura instalada en los estados. Por ejemplo en la Cineteca Alameda hay un excelente proyector de cine analógico que está acumulando polvo por falta de películas en ese formato.
La Cineteca Nacional podría mandar copias de películas clásicas en 35 milímetros y lograr una experiencia muy gratificante para los cinéfilos de siempre y otra completamente nueva para los amantes del cine de nueva cuña.
Pero bueno, los presupuestos siempre son limitados, la ejecución de los mismos no siempre eficiente y en ocasiones tampoco transparente. A pesar de ello, la sobrevivencia de la Cineteca Alameda, como espacio cinéfilo y no dedicado a otro tipo de actividades, depende de que ver las películas sea toda una experiencia.
Por lo menos deberíamos poder ver una copia restaurada de La diosa arrodillada (Roberto Gavaldón. México. 1947), que es uno de los tesoros del cine mexicano y es también la película con la que arranca la 56 Muestra Internacional de Cine. Pero eso también es poco probable. Los derechos de La diosa arrodillada están en manos de Televisa, empresa que no se ha caracterizado por preservar su extraordinario acervo fílmico.
Pero bueno, ya veremos la función del sábado 17 de mayo, con la que arranca la 56 Muestra Internacional de Cine en San Luis Potosí.

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