De manera constante he mantenido una postura crítica en torno a las
actividades de la Cineteca Alameda, el recinto cinematográfico de la
Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
Desde mi punto de vista no me han faltado motivos. Creo que las
estrategias y líneas de acción para sensibilizar a la sociedad en
la apreciación de las artes cinematográficas no son efectivas, por
varias razones que he ido mencionando a lo largo de las entradas de
este blog.
Y ahora puedo agregar que no se facilita el contacto del público con
el cine, sobre todo con algunas de las películas mas interesantes
que se producen, con los géneros menos vistos y con los filmes mas
vibrantes producidos en México y el mundo.
Ayer (5 de octubre de 2014) llegué
a la Cineteca Alameda con la intención de ver Pussy Riot:
Una plegaria Punk (Título
original: Pokazatelnyy protsess: Istoriya Pussy Riot.
Dirección: Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin. País: Rusia. Año:
2013). Se trata de la película con
la que arrancó Ambulante, el festival de cine documental no
competitivo e itinerante.
Mi intención era, como he venido
haciendo cada mes cuando la programación lo amerita, comprar un bono
para ver diez películas. Este paquete de accesos permite acceder a
las funciones con un precio especial y eso, es práctico, ya que uno
es asiduo cinéfilo y no espera que le regalen sus boletos.
Y por otro lado considero que las
condiciones de exhibición, de la butaquería y de acceso en la
Cineteca no desquitan el precio normal de entrada. Para ver mis
comentarios sobre la política de precios de la Cineteca Alameda
pueden dar click aquí y aquí.
Contribuye a mi recelo el que se haya anunciado que parte de las
proyecciones de Ambulante se harán en la Sala Lupe Velez. Esta
pequeña sala tiene acceso por la calle de Vicente Guerrero y, cuando
yo la conocí, hace mas o menos un año, no contaba con butacas,
equipo de sonido ni pantalla. Definitivamente no me da buena espina,
pero confieso que puedo estar actuando desde mis prejuicios.
Pues bien resulta que siendo día 5
todavía no estaban en taquilla los bonos mensuales. El amable joven
que despachaba me dijo que no los habían bajado de la oficina. Y que
el día de hoy (lunes 6) ya estarían a la venta. Desistí y me fui a ver Drácula: la historia jamás
contada (Dracula Untold.
Gary Shore. Estados Unidos. 2014.).
El cine documental es el género en
el que, siguiendo la definición de Bill Nichols “se habla acerca
de situaciones y sucesos que involucran a gente real (actores
sociales) que se presentan a si mismos ante nosotros en historias que
transmiten una propuesta plausible acerca de, o una perspectiva
respecto a, las vidas, situaciones y sucesos retratados. El punto de
vista particular del cineasta moldea de tal manera la historia, que
vemos de manera directa el mundo histórico, mas que una alegoría
ficcional” (Nichols: “Introducción al documental”. UNAM.
México. 2013).
El cine documental es un género o
una forma cinematográfica muy compleja, sugerente, excitante, que le
da forma a muchas maneras de ver el mundo, pero que en no ha
terminado de encontrar encontrar un público, me atrevo a decir que
en México y me queda claro que así ocurre en San Luis Potosí. Y
eso que vivimos, en nuestro país y el mundo, una época dorada de
este tipo de cine: cada año se realizan documentales impactantes en
contenido y ricos en términos formales. Considero que hoy por hoy,
una cultura cinematográfica no está completa si no se accede y se
aprecia las mas importantes obras del género documental.
Hace años la gira de documentales
Ambulante empezó a exhibirse en la cartelera comercial. La respuesta
del público potosino fue verdaderamente pobre. Pude ver magníficas
películas con salas casi vacías y eso a pesar del esfuerzo de sus
organizadores por imprimir y distribuir materiales de excelente
calidad.
Faltaba (y creo que falta) una
cultura de documental y nadie estaba (ni está) dispuesto a
fomentarla. La Cineteca Alameda no podía exhibir, en aquel entonces,
las películas de Ambulante por que estas se exhibían en Cinépolis.
Cuando los complejos potosinos de esta cadena se dejaron de interesar
en el evento, este llegó a la Cineteca.
En años pasados hubiera sido una
tortura ver la programación de la gira documental en Cineteca
Alameda, dada la ínfima calidad de la proyección en video.
Ambulante, cabe mencionar, siempre ha exhibido su material en este
formato. Ahora que la Cineteca Alameda ha cambiado su equipo, y a
pesar de no tener la calidad de las salas comerciales, por lo menos
ahora las películas resultan visibles y legibles.
Pero no contar con bonos para su
venta, en el día del arranque, cuando se proyecta un documental de
interés por el tema que trata, resulta un contrasentido a la
vocación promotora del arte cinematográfico que da vida a la
Cineteca Alameda.
Es cierto: la programación de Ambulante llega con 8 meses de retraso
con respecto a la ciudad de México y tampoco viene completa, incluye
documentales de la edición 2014 y de años anteriores, pero de todas
formas hay cosas interesantes que ver. Lástima
que no sea posible por que no hay bonos en taquilla, por que se les
olvidó “bajarlos de las oficinas”.
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