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lunes, 14 de diciembre de 2015

Star Wars: dimensiones de influencia


Este es el segundo de tres textos que compartiré sobre la saga de La guerra de las galaxias antes del estreno de la séptima entrega. Se trata de un intento de dimensionar su influencia en el cine actual. 
Originalmente estas ideas estaban organizadas como un guión radiofónico para mi intervención en el especial del podcast Sonido Directo del pasado 4 de mayo. Finalmente mucho se quedó en el tintero y por eso me pareció prudente trabajar el texto y presentarlo por escrito.

El tono de mi última publicación podría parecer contradictorio con el arranque de esta pero creo que La guerra de las galaxias [Título original: Star Wars. Dirección: George Lucas. País: Estados Unidos. Año: 1977] y el conjunto de su saga es uno de los eventos más importantes del cine hollywoodense en las últimas cuatro décadas.
Creo que esta influencia tiene que ver más con la mercadotecnia y el uso de la tecnología en las películas, lo cual en el mejor de los casos ha definido su forma narrativa, su puesta en escena y su espacio sonoro, por mencionar sólo algunos aspectos. Vamos por partes.
Uno de los factores que definieron el éxito de taquilla de Tiburón [Jaws. Steven Spielberg. Estados Unidos. 1975] y de La guerra de las galaxias en la década de 1970 fue el uso de una estrategia de lanzamiento más consciente de las técnicas de mercadeo.
Por una parte utilizaron la televisión para publicitarse como escaparate, transmitiendo spots de 30 segundos promocionandoTiburón. Además su lanzamiento fue acompañado por la comercialización de muchos productos con su marca. Los lectores más veteranos recordarán los chocolates con la imagen del tiburón que se vendían no sólo en los cines. Además había loncheras, playeras, libros y un montón de cachivaches inútiles identificados con la película.
La venta de los derechos de la película que su marca apareciera en ese tipo de productos, con el paso del tiempo y en ciertos casos, llegó a reportar tantas o más ganancias que los boletos vendidos en taquilla como en el caso de La guerra de las galaxias: en 1992 las mercancías relacionadas con Star Wars habían reportado ingresos por 2 mil 600 millones de dólares. La mercadotecnia hizo visibles a las películas más allá de las pantallas de cine, volviéndolas un objeto consumible antes, durante y después de la visita a la salas.
La estructura episódica de los filmes sobre La guerra de las galaxias impuso en gran medida la lógica de las franquicias. No era la primera ni fue la única: hay más películas de James Bond que de Star Wars pero ninguna película del agente secreto al servicio de Su Majestad fue tan influyente en el esquema de negocios de la industria hollywoodense ni marcó estándares de recaudación para los éxitos de taquilla del cine estadounidense.
En el aspecto técnico no se debe olvidar que el uso de la computadora en la primera entrega
de la saga de George Lucas determinó la puesta en escena del conjunto de las películas. Recordemos cómo aparece un Crucero Imperial, filmado con gran angular y desde posición baja, pasando “por arriba” de nosotros como espectadores, dejando claro con ello las proporciones enormes de la nave imperial que persigue a otra mucho más pequeña.
Comparémosla con las naves espaciales de 2001: odisea del espacio [2001: A Space Odyssey. Kubrick. Estados Unidos y Reino Unido. 1968]. Kubrick nunca utilizó este tipo de perspectivas. Optó por una frontalidad muchas veces simétrica que contribuye a cierto distanciamiento del público con el relato. Además de la cuestión de estilo la tecnología disponible en 1968 hizo particularmente ardua la filmación de los modelos de las naves espaciales.
En 1977 George Lucas utilizó computadoras para controlar los movimientos de cámara y de las naves espaciales filmadas sobre una pantalla de color que se después se borraba para agregar fondos. No era sencillo pero permitía que la velocidad de dos o más objetos y de los fondos se sincronizara para mezclarse de manera analógica en una una sola imagen.
Lucas no fue pionero en la dinamización de la cámara cinematográfica. Los antecedentes históricos de este aspiración se encuentran en la obra de cineastas de la época muda como Fritz Lang y Abel Gance. Pero sin duda Lucas la llevó a otro nivel, a veces hasta un poco ridículo como en las peleas de La guerra de las galaxias: Episodio III - La venganza de los sith [Star Wars: Episode III - Revenge of the Sith. Estados Unidos. 2005]. Pero sin duda alguna ha sido influyente y nos explica la forma de mover la cámara de los directores, fotógrafos y encargados de efectos especiales de las adaptaciones de los cómics de Marvel al cine.
En 2002 la quinta entrega de la saga Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones [Star Wars: Episode II - Attack of the Clones. George Lucas. Estados Unidos] fue la primera película proyectada globalmente en cines filmada en video de alta definición digital, lo cual hoy es práctica común. Además dio pie a la última gran transformación tecnológica del cine: la transición a la exhibición digital generalizada.
Para terminar, un apunte a un aspecto fundamental del cine: el sonido. La guerra de las galaxias fue una de las primeras películas en usar el sistema Dolby para su proyección. El cuidado con la mezcla, los efectos sonoros - seductores y convincentes - y la música envolvente de John Williams marcaron un parámetro de calidad para el cine global.
Fue tal el empeño en la perfección de la imagen y el sonido que la compañía de George Lucas generó una certificación para las salas cinematográficas llamada THX que busca obtener ciertas condiciones de proyección y escucha de las películas. Martin Scorsese lo dijo muy bien: el sonido THX es maravilloso.
La influencia del trabajo de George Lucas en La guerra de las galaxias abarca aspectos económicos que nos ayudan a entender cómo y por qué se hacen ahora las películas de cierta forma. Y los desarrollos tecnológicos originados en el Rancho Skywalker incluyen pero van más allá de los efectos especiales definiendo una manera de experimentar las visitas al cine.

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