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miércoles, 4 de mayo de 2016

60 Muestra Internacional de Cine en Cineteca Alameda

Comienza la exhibición de la 60 Muestra Internacional de Cine en San Luis Potosí. La muestra es (¿fue? ¿será?) uno de los ritos fundadores de la cinefilia en este país. Aunque siempre ha sido, al menos parcialmente, una selección de preestrenos para películas exquisitas, antaño resultaba el único escaparate para ciertos filmes.
Baste recordar que La mirada de Ulises (Angelopoulos 1995) la pudimos ver en la muestra de 1997 y después de eso, durante años, fue inconseguible como no fuera en copias en formato vhs importadas, carísimas y sin subtítulos en español. O se le veía en su única jornada de exhibición o se perdía en el pozo de las películas mitificadas por inaccesibles.
Al menos así ocurría en San Luis Potosí. La Muestra se proyectaba en cines de la Organización Ramírez y era organizada por la instancia administradora de la cultura del gobierno estatal. Las copias en 35 milímetros eran distribuidas por la Cineteca Nacional. En más de una ocasión no arribaron, lo hicieron con un retraso que se vivió con angustia o llegaron con daños que las hicieron impresentables. Cosas propias de los últimos días del celuloide.
Hoy las cosas son distintas. La Secretaría de Cultura del gobierno del estado de San Luis Potosí tiene una sala de cine a su cargo, la Cineteca Alameda, impresionante recinto rescatado y restaurado tras de años de clausura. El edificio se le otorgó a la autoridad estatal en comodato por la Federación para hacer ahí la cineteca de San Luis.
Su objetivo principal es, según su sitio de internet, “investigar, rescatar, conservar, proteger, custodiar, promover y difundir el arte de la cinematografía; resguardar, restaurar y acrecentar el acervo fílmico”. Voy a dejar de lado, en este texto, todos los verbos mencionados, excepto “promover y difundir”.


¿Cómo se hace promoción y difusión desde una instancia que a tres días de arrancar la Muestra Internacional de Cine no puede publicar su programación en su página web? ¿Han implementado acciones para que el público aprecie y disfrute películas con narrativas tan singulares como La asesina (Hsiao-hsien 2015)? ¿En qué ha contribuido la venta de cerveza en la Cineteca Alameda, como la que se llevó a cabo el pasado 15 de abril violando el artículo 48 de la Ley de Bebidas Alcohólicas del Estado de San Luis Potosí? ¿Qué ganan vetando de sus redes sociales a quienes hemos sido críticos del proceder de su administración?

Hoy el cine es más accesible que nunca. Ante la llegada de nuevas tecnologías, que permiten ver las películas de forma casera y en muy agradables condiciones, una sala dedicada a la promoción del cine como arte tiene todas las de perder cuando exhibe filmes con retraso, en condiciones de incomodidad, con entradas más caras que las de algunas salas comerciales y cuenta con antecedentes de proyecciones defectuosas.
Más allá de las figuras retóricas me pregunto si realmente puede “perder algo” la Cineteca Alameda. Y creo que puede extraviar su razón de ser. Puede perder su público. Dejar de tener aquello que estaba en su origen: el amor por el cine (que aún nos mueve a unos cuantos).


Postdata: a pesar de todo estaré en la 60 Muestra Internacional de Cine. No iré a todas las películas porque algunas ya las vi e incluso podré reseñarlas anticipadamente. Me interesa saber cómo va la publicación de su boletín que, por cierto, creo que también debería estar en línea.

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