Se
estrenó este fin de semana 300: el nacimiento de un imperio,
(300: Rise of an Empire. Estados Unidos, 2014) película dirigida por
Noam Murro y que es secuela de 300 (300.
Estados Unidos, 2006) adaptación de la novela gráfica de
Frank Miller filmada por Zack Snyder.
300
se impuso en el 2007 en el gusto de cierto público con una estética
muy cercana al cómic, con una forma alejada de la realidad e hiper
procesada por computadora.
Fue
de los primeros experimentos relativamente legibles filmados
completamente en estudio sobre pantallas verdes para posteriormente
agregarles fondos generados digitalmente.
A la
vuelta de 7 años, 300 tiene una legión de seguidores,
elemento seguramente calculado para convertir en franquicia estas
historias de las Guerras Médicas inspiradas por lo menos en parte,
en los textos que Herodoto publicó hace mas de 2 mil 450 años.
Hay
que entender cómo funcionan las franquicias en la industria
cinematográfica contemporánea. Una película como 300: el
nacimiento de un imperio se hace con un presupuesto de mas de 100
millones de dólares. Una inversión de ese tamaño requiere de un
condiciones que aseguren no sólo su recuperación, sino la obtención
de ganancias.
La
gran industria fílmica busca películas que el público acepte ir a
ver por que le son familiares y le generan expectativas de
satisfacción elevada. De ahí la enorme cantidad de secuelas,
precuelas y adaptaciones de otros medios como - principalmente y sin
ser el único - la televisión.
En
300: el nacimiento de un imperio hay mucha sangre salpicada a
la cámara, amputaciones, mucha hormona digital, muertos y mas
muertos (incluyendo algunos momentos muertos de la trama), acción
que jamás pretende ser verosímil y una filmación hiper codificada
para obtener efectos en tercera dimensión.
Por
ejemplo: una buena decapitación hay que filmarla en ángulo bajo.
Los personajes deben correr a través de obstáculos y la cámara
detrás de ellos. Es bueno que floten en el aire chispas que en
apariencia se acerquen al espectador. Igual conviene que haya
elementos que mojen el lente de la cámara, estos pueden ser agua
pero se debe preferir la sangre...
Estos
son algunos de los elementos nada originales del gran estreno de este
fin de semana en todo el mundo. Que además tiene uno de los finales
menos satisfactorios, en términos dramáticos, de que va del año.
Ni siquiera se simula la inminencia de una tercera parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario