Translate

lunes, 10 de marzo de 2014

300: el nacimiento de un imperio sin novedad en el frente


Se estrenó este fin de semana 300: el nacimiento de un imperio, (300: Rise of an Empire. Estados Unidos, 2014) película dirigida por Noam Murro y que es secuela de 300 (300. Estados Unidos, 2006) adaptación de la novela gráfica de Frank Miller filmada por Zack Snyder.
300 se impuso en el 2007 en el gusto de cierto público con una estética muy cercana al cómic, con una forma alejada de la realidad e hiper procesada por computadora.
Fue de los primeros experimentos relativamente legibles filmados completamente en estudio sobre pantallas verdes para posteriormente agregarles fondos generados digitalmente.
A la vuelta de 7 años, 300 tiene una legión de seguidores, elemento seguramente calculado para convertir en franquicia estas historias de las Guerras Médicas inspiradas por lo menos en parte, en los textos que Herodoto publicó hace mas de 2 mil 450 años.
Hay que entender cómo funcionan las franquicias en la industria cinematográfica contemporánea. Una película como 300: el nacimiento de un imperio se hace con un presupuesto de mas de 100 millones de dólares. Una inversión de ese tamaño requiere de un condiciones que aseguren no sólo su recuperación, sino la obtención de ganancias.
La gran industria fílmica busca películas que el público acepte ir a ver por que le son familiares y le generan expectativas de satisfacción elevada. De ahí la enorme cantidad de secuelas, precuelas y adaptaciones de otros medios como - principalmente y sin ser el único - la televisión.
En 300: el nacimiento de un imperio hay mucha sangre salpicada a la cámara, amputaciones, mucha hormona digital, muertos y mas muertos (incluyendo algunos momentos muertos de la trama), acción que jamás pretende ser verosímil y una filmación hiper codificada para obtener efectos en tercera dimensión.
Por ejemplo: una buena decapitación hay que filmarla en ángulo bajo. Los personajes deben correr a través de obstáculos y la cámara detrás de ellos. Es bueno que floten en el aire chispas que en apariencia se acerquen al espectador. Igual conviene que haya elementos que mojen el lente de la cámara, estos pueden ser agua pero se debe preferir la sangre...
Estos son algunos de los elementos nada originales del gran estreno de este fin de semana en todo el mundo. Que además tiene uno de los finales menos satisfactorios, en términos dramáticos, de que va del año. Ni siquiera se simula la inminencia de una tercera parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario